El título de esta entrada ciertamente invita a unir elementos que a simple vista son excluyente con un mundo propio: la autenticidad y el estilo de vida.
La autenticidad
“Los individuos sanos no son, por regla general, visibles. No se les distingue por vestimentas, modales o conductas fuera de lo corriente. Es una libertad interior que ellos tienen. En la medida en que no dependan de la aprobación o desaprobación de otras personas, sino que busquen la aprobación de sí mismos, en esa medida pueden ser considerados psicológicamente autónomos” (Maslow)
La autenticidad de ser una persona irrepetible en formas de pensar, sentir y actuar necesariamente toca la autonomía de valerse por sí mismo para ser en el mundo. La autenticidad sería mis propios ingredientes para cocinar un plato y la autonomía la fuerza para cocinarlo.
Interesante se da que al menos en la cultura occidental, se tome como un valor la autenticidad. Lo cual al momento de presentarse frente a nuestros ojos surgen las mas llamativas reacciones:
- Rechazo
- Sorpresa
- Curiosidad
- Admiración
Rechazo porque al interactuar con una expresión que sale de los canones sociales (lo esperado) se suele catalogar en una primera instancia como negativo. Tal es así, que por más que personas silencien sus pensamientos, su expresión corporal no miente. Se sabe desde la Programación Neurolinguistica que la comunicación no verbal corresponde al 93% de la comunicación entre las personas. Por lo tanto, el rechazo se puede visualizar en las expresiones de las personas y no solo sus reacciones en acciones visibles.
¿Por qué causa rechazo? Esa pregunta tiene una infinidad de posibles respuestas que intentan dar cuenta del génesis de dicho fenómeno. Uno de ellos desde la psicología dice que aquello que nos molesta o causa rechazo en otros, es aquello que rechazamos en nosotros mismos. Por ejemplo al ver a una persona que expresas sus sentimientos en total libertad, puede molestar a otros que les gustaría hacerlo pero no se atreven.
Sorpresa al captar la atención. La sorpresa de ver que hay personas que son en el acto auténticas más que en las palabras. Esa sorpresa no solo toma la forma en que se expresa una persona autentica, sino el fondo. El fondo de no intentar ser algo que no soy, simplemente ser.
La curiosidad se expresa en preguntas ¿Cómo lo haces? O ¿No te importa lo que digan los demás? El curioso ahonda en las respuestas que una persona autentica encontró para expresarse tal cual es. El curioso en el fondo, le gustaría hacerlo solo que no sabe el COMO.
La admiración generalmente se expresa cuando personas auténticas observan a otras personas auténticas o personas que les gusta lo nuevo o distinto. En esta etapa la admiración no va por mirar más arriba a otra persona, sino el presenciar ese fondo creativo en común que se expresa en una o más personas auténticas.
Estilo de vida
Estilos sedentarios, deportistas, religiosos, tradicionales, etc. Los estilos de vida de un grupo de personas se han agrupado en ciertos estereotipos que al ser validados por la sociedad, se toman como referente de la normalidad o lo esperado.
Entre los estilos de vida existen comparaciones. Un estilo de vida sano v/s un estilo de vida sedentario; un estilo de vida al servicio v/s un estilo de vida enfocado en el propio bienestar, y así tantos como sociedades existen.
El estilo de vida sano por regla general, incluye una buena alimentación, realización de deporte y actividades al aire libre. Se podría considerar desde la lógica de los estereotipos, que toda persona que se alimente sano, haga deporte y actividades al aire libre, será más feliz que personas que siguen otro estilo de vida.
La afirmación anterior tiene un punto ciego: Olvidar cultivarse en el interior.
En cada estilo de vida, encontramos personas que se cultivan a sí mismas como personas, más que solo su cuerpo y el deporte. Personas que realizan un camino de desarrollo personal, con múltiples formas y caminos. Desarrollo personal entendido como ser una mejor persona cada día, viendo las consecuencias de sus actos, tomando consciencia de sus emociones y siendo responsable de sí mismo y los demás.
¿Quién nos enseña a cultivarnos a nosotros mismos? Desde niños seguimos el ejemplo práctico de los adultos con que compartimos. Por lo que el cultivarse es una acción.
¿De qué manera puedo comenzar a cultivarme? Esa pregunta surge al haber un interés por vivirlo. Y toca el tema de la autenticidad.
Cada persona vive su desarrollo personal a su estilo en la medida que es auténtico. Una persona autentica y con interés en ser mejor persona, tendrá un camino de experiencias irrepetible.
Por lo que podemos encontrar ejemplos como el comenzar a hablar de lo que nos molesta de alguna situación o persona; comenzar a pedir ayuda sino lo hemos realizado; pedir perdón; reconocer el dolor o tristeza que se siente, sin esconderla; dejar de ser tan exigente al punto de dañarse a sí mismo y así tantos ejemplos.
Las personas que comienzan a aplicar lo anterior, sienten que se están haciendo un bien. Les hace sentido lo que están realizando. Hay un desahogo, tranquilidad, incluso amor.
Son experiencias nuevas para aquel que nunca las había pensado y en la novedad esta la oportunidad del cambio, del desarrollo, de ser una mejor versión como persona.
“Quienes buscan vivir una vida sabia llegan a comprender que, aunque el mundo pueda recompensarnos por razones equivocadas o superficiales – tales como nuestra apariencia física, la familia que provenimos y cosas semejantes – lo que importa en realidad es quienes somos en nuestro interiores y en qué tipo de personas nos estamos convirtiendo” (Epicteto)
A modo de conclusión el no tener interés en cultivarse, intentar al menos ser una mejor versión que ayer, es de las indiferencias o flojeras con mayores consecuencias sobre uno mismo.
Si quiero dar alegría, amor, tranquilidad o seguridad a nuestros seres queridos, para lograrlo se parte por entregarse a uno mismo lo que queremos dar… era tan simple como darte a ti mismo cariño para entregar cariño.