Cuando lloro
Cuando lloro, un movimiento profundo y específico hace su fluir de adentro a afuera.
Cuando lloro, la temperatura de las lágrimas son tibias como aguas termales, salen llenas de energía y emoción.
Cuando lloro, me tiembla el alma y cerrar los ojos se transforma en la manera de respirar.
Cuando lloro, lloran todas mis versiones: el niño, adolescente, adulto y sabio. Juntos nos hacemos uno en esa gota de vida brotando por los ojos.
Cuando lloro, se detiene el tiempo externo para que el tiempo interno, con fuerza reordena el caos.
Cuando lloro, lo hago por todo lo que no supe hacerlo en mi historia, y abro con voluntad el espacio de libre verdad en mi ser.
Cuando lloro, descanso en la pausa de que mi corazón tiene un ritmo único para moverse y adaptarse a los nuevos ciclos.
Cuando lloro, la transparencia se hace una ventana total hacia todo lo que rodea.
Cuando lloro, la vida encuentra el espacio preciso para entrar y abrazar los rincones que por mi mismo no se hacerlo.
Cuando lloro, comienzo a vivir en una danza sin placer a un baile lleno de vida, de que se puede una pausa, para poder continuar… Un solo nuevo respiro es señal de más aprendizajes por llegar, por entrar, de la lagrima al corazón.
Para quienes resuene, les invito a escribir en los comentarios algún párrafo que les nazca a la experiencia de llorar
Con cariño Benjo Podlech