La vida en su miles de formas y posibilidades, se despliega como un constante misterio de transitarlo.
Transitar las verdades que van apareciendo una y otra vez en nuestro interior, para que en un silencioso y completo intento, darle una continuidad en los cientos de ámbitos que no tenemos control y a su vez participamos cada día.
Es en ese punto que de niño he vibrado en el servicio.
¿Qué es el servicio? ¿Para qué seguir un camino así?
El servicio es ponerse con lo mejor de ti, en disposición de escucha, apoyo y colaboración con la vida misma: Seres humanos, animales y la misma gran y hermosa naturaleza.
Es un caminar en que te cultivas cada día, entiendes que al estar frente a una expresión de vida que requiere de tu visión o simple presencia, necesita que sea de la mejor manera. Un encuentro sagrado con un pedazo de vida y de espíritu que se abre para acompañar, apoyar para que sienta esa verdad con miles de colores.
He dejado todo lo que conozco y amo, por seguir este gran amor que es el servicio. He arriesgado todo por sumergirme en su máxima expresión en esta energía, esta vocación, esta pasión de ser testigo que una persona o grupo, sientan su verdad y caminen para volar. Con miles de personas de todo el mundo que he tenido el honor de hacerlo, que no significa nada si al momento de hablar con un desconocido no escucho su sabiduría, como tantos maestros anónimos hay por las calles.
Es un amor que te desafía, una entrega que te confronta con estilos de vida diferentes, una incertidumbre de estar en la altura y otras abajo, donde las preguntas abundan y el servicio es sutil, constante y sin titubeos. Ante cada crisis, me rindo y entrego con mayor fuerza.
He hecho lo mejor que puedo para hacer de este servicio, un momento de calidad en que la confianza que recibo sea retribuida con una mirada compasiva, un abrazo en silencio y una cascada de amor, por el solo hecho de permitirme ser un espejo de tu capacidad de transformación.
Así, una y otra vez, reafirmo mi camino, mi misión de estar recorriendo este sendero del servicio.
Humano, imperfecto, directo, intuitivo y con mi corazón abierto me entrego a ti vida, a ti naturaleza, humanidad y servicio, con lo más verdadero de mi espíritu.
Cada minuto de preparación, cada hora de concentración, solo para ofrecer un camino de apoyo y transformación, es un acto de amor constante.
Me alegra saber que hay más y más personas que se entregan a este camino.
Tras 18 años conscientemente recorriendo este estilo de vida, les puedo decir que necesita todo de ti, no una parte, sino incluso tus miedos y sombras. Así, en vez de generar dependencias y abusar de la desinformación de algunas personas, te transformas en un agente que suma, aporta y luego se retira en silencio para agradecer el acto de dar.
Bendito y misterioso servicio: Una entrega que se entrega.