«Que bella rebeldía sentir más allá de toda certeza y adentrarse en ese valle invisible de miles de paisajes en el interior.
Que bella rebeldía poner pausa al impulso y activar los pasos ante el miedo.
Que elegancia experimentar el anonimato ante la grandeza de la vida. Que bella rebeldía desaparecer en la presencia.
Que sorpresa abrir los brazos sin que haya razón ni motivo. Que bella rebeldía cantar a través del movimiento.
Que poder tan conmovedor tiene acariciar la incertidumbre. Que bella rebeldía ser tocado por el misterio.
Que sabio confiar en la flecha de tu consciencia. Que bella rebeldía gustarte a ti mismo antes que los demás.
Que poesía más sublime sentirte en las estrellas y en la magia padre. Que bella rebeldía sentirte en el coro de mis células al ir creciendo.
Que bella rebeldía respirar con el cuerpo los espirales de esta gran vida».
Con cariño
