Hace poco reflexionaba porque me gusta o llevo tantos años trabajando las sombras, infiernos, carencias y en resumen vacíos de miles de personas de todo el mundo.
Entrar en esos espacios es un arte que integra humanidad, vulnerabilidad y confianza.
Esos «vacíos» cuando se entra acompañado, con la creatividad y amor, se hacen un mundo gigante de siembra.
Tus vacíos son tierra fértil.
Tomar el dolor de estar ahí, la tristeza de caminar y el miedo de desaparecer, son solo colores de ese ESPACIO DISPONIBLE.
Se agradece a menudo lo bello y placentero de la vida, y hoy quiero agradecer a mis vacíos. Esos que de cientos de manera trate de tapar o escapar. Hasta que con ciertos golpes intensos de la vida, entre con voluntad a mis vacíos a vaciarme.
Ese es el estilo de trabajo o más bien viaje que me gusta hacer con las personas: hacia tu vacío, y así a sentir tu esencia o espíritu vibrando todo el tiempo.
Dentro del vacío sientes el pulso de vida.
Así que querido y querida que leas esta imagen y palabras, tus vacíos son oportunidades de sembrar en ti, lo que deseas sentir de la vida.
Un comentario
Hola!!, me encanta tu forma de realizar el contenido, el mundo necesita mas gente como tu